Damos gracias a Dios por la transformación que la salvación genera en la vida de las personas, pero tenemos que entender que Dios también desea una transformación en este mundo.
Aunque desde nuestro nuevo nacimiento pertenecemos al Reino de Dios, también vivimos en esta tierra donde podemos contribuir con lo que Dios nos ha dado.
“Procurad la paz de la ciudad a la cual os hice transportar, y rogad por ella a Jehová;
porque en su paz tendréis vosotros paz”. Jer 29:7
Aunque sabemos que vivimos temporalmente en este cuerpo y en este mundo, porque sabemos que viviremos la eternidad con Dios; mientras que estamos aquí, podemos marcar una diferencia para que la voluntad de Dios se manifieste en la tierra.
“Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos…” 1Pe. 2:11
Aunque muchos vivimos en ambientes diferentes al Reino de Dios. Podemos servir a Dios y a nuestra generación como lo hizo Daniel. Él vivió como extranjero en Babilonia, en una sociedad con valores y costumbres diferentes a las de él, pero sirvió fielmente a Dios y a los demás, con sus dones, para el bienestar de la sociedad.
Aunque vemos oscuridad a nuestro alrededor, podemos ser luz para que otros puedan ver y sal para influenciar a los de nuestro alrededor; trayendo los principios y moral de Dios en los ambientes que nos encontramos.
Dres. Kees Jan y Candy de Maa
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